Es mejor victima de fantasmas y dioses, donde uno puede decretar ser víctima de ellos, que hacerse cargo de los errores como propios.
Es mejor victima de fantasmas y dioses, donde uno puede decretar ser víctima de ellos, que hacerse cargo de los errores como propios.
Los dictadores piden el sacrificio de su pueblo cuando en realidad su pueblo debería sacrificarlos a ellos para el verdadero bien común.