No importa si mi alma es fundida en el corazón de soles inmensos o llevada a los más gélidos y negros rincones del universo, no podrá arrancar mi deseo de contemplar una y otra vez tu existencia junto a la mía.
Un hilo invisible compuesto por la misma energía la que enciende la caldera de incontables estrellas es la mirada que traspasa las distancias y nos conecta, empujando a los abismos siderales a la oscura soledad.